ORACIÓN:
¡Oh Niña Celestial!, que con tantos prodigios de gracias te dignaste mostrar tus deseos de ver honrada tu tierna infancia - aquel período de tu existencia que fue tan grande ante Dios - por el privilegio de tu Inmaculada Concepción y natividad dichosa, Tú la más privilegiada entre las hijas de Eva, vuelve hacia mí, desde esa preciosa Cuna, tus ojos llenos de dulzura y bondad, y continuando tu oficio de Mediadora y Abogada, haz que vea cumplida mi súplica.
Salga yo alentada en mis esperanzas de tu venerada Cuna, y consiga las gracias y los consuelos que te pido.
A mí y todos, ¡oh María!, alcanzadnos el verdadero espíritu de la devoción a Ti, ¡oh Virgen Niña!, y el don inapreciable de la perseverancia final. AMÉN.
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