Con este bello lema cerramos este viernes 19 de febrero el Triduo 2010. Vivimos 3 días de mucha alegría y espiritualidad en donde pudimos renovar nuestro compromiso de ser fuentes de luz y paz para quienes nos rodean y aprendimos que nuestra misión en la vida es hacer lo mejor que podamos por los demás. Así como nuestro santo fundador encontró la felicidad, la paz y el sentido de la vida en el servicio a los jóvenes, nosotros también deseamos alcanzar la felicidad duradera y eterna practicando la misericordia para con nuestros familiares, amigos y compañeros. Hoy es un buen día para renovar nuestro compromiso con Cristo, colaborando, compartiendo y siendo familia verdadera con quienes cansados de la vida han perdido la esperanza, porque nosotros hoy, como Comunidad Educativa, sabemos que nuestro Salvador nos ama y acompaña sin importar las situaciones adversas que en la vida podamos enfrentar. Hoy Dios nos dice que nos ama y ese es el tesoro que guardaremos en nuestro corazón por el resto de la eternidad. Bendiciones para toda la Familia del Colegio María Auxiliadora de Heredia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario